El lacrado nos permite retomar la elegancia, el estilo y la confidencialidad de la correspondencia que se usaba en la edad media, gracias al sistema de cierres de lacre de las tarjetas de ocasión, que constituye, aun, un toque personalizado y con más vida.
Un sello puede definirse como la impronta lograda sobre un soporte, gracias a la presión de una matriz que contiene los signos distintivos de una persona jurídica para testimoniar la voluntad de intervención de su dueño.